Fue en la vuelta de Ensenada, donde el barro en la banquina no le permitió maniobrar al piloto, pegando el auto con gran violencia contra un grueso árbol.
Había nacido un 7 de septiembre de 1929. Su oficio de camionero en la empresa de su padre despertó en él su fervor por los “fierros”, comenzando a correr con un Ford T de fuerza limitada.
Pero su pasión era llegar al Turismo Carretera y para ello prepararon junto a su hermano Jorge un Ford V8, debutando en el Gran Premio de 1959 con escasa fortuna. Fue en su segunda carrera, en la que se largaba por clasificación donde logra el Nº 2, detrás de Juan Gálvez y allí comienza a ser conocido.
El 30 de agosto de 1960 integra el grupo de 73 pilotos y copilotos que fundan la Asociación Corredores Turismo Carretera.
Cuarto en la clasificación general y primero en “no ganadores” confirman sus condiciones en el Gran Premio de 1960. Ya en 1962 triunfa en las Vueltas de Rufino, Pergamino y Ensenada terminando el año en el Nº3 del ránking.
En 1963, luego de ganar en Venado Tuerto, inicia un largo paréntesis a su campaña automovilística para dedicarse a atender el negocio familiar.
Si bien estaban preparando un nuevo auto en su taller de San Antonio de Areco, con su hermano Jorge, en 1965 aceptó un ofrecimiento de Ford para conducir uno de los nuevos Falcon del equipo oficial junto a Rodolfo de Álzaga y Jose Mario Serra Lima, y participar en la Vuelta de Ensenada.
El resto es conocido, “Guito” intentó lo imposible: dominar al auto desbocado. El “pago de Areco” los recuerda siempre. Nosotros, también…
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